Sapo verdey Yu Yu

Cumpleaños feliz te deseamos a tí… Mala suerte nacer en el último mes del año, y sentirse cada día más viejo. Muchas veces me he preguntado por que se celebran los cumpleaños si en teoría uno es más viejo cada año.

Por eso este para mí año no fue la excepción. Estaba decidido a no dejarme embaucar por la mancha de amigos que querían festejar a costa mia. Así que cuando llegó el día de mi natalicio, cerré la puerta de mi cuarto con llave y olvíde que era más viejo.

Pero contrariamente a lo que creí mis amigos no me llamaban. De pronto sonó el teléfono. Fuí hacia él (unicamente por que nadie contestaba) y levanté el auricular con orgullo. Era mi tía Lilí.

-Hola hijito

-Hola tía ¿como está ?¿se te ofrece algo?- contesté gentil

– pásame con tu mamá

(sin comentarios). Volví a mi cuarto. Encontré a mi mamá revolviéndolo todo.

– ¿Se puede saber por qué no recoges tus cosas? aquí no duerme una persona sino un chancho.

Se fué furiosa cerrando la puerta y dejándome sin palabras. De pronto entró mi hermano menor, por primera ves lo miré felíz.

-Devuélveme mi mp3- refunfuñó

– No tienes algo más que decirme- le pregunté añorante y nervioso

-Sí-sonreí esperando su respuesta- !que eres un choro(ladrón)!

Mi orgullo no podía soportar tanto. No entendí entonces por que me molestaba si yo detestaba los cumpleaños. Decidí no darle importancia al pequeño impace y me prometí vivir el mejor día de mi vida. 

 Me dí cuenta entonces que no podía salir con mis amigos por que me arriesgaría a que me felicitaran. Así que me senté en el sofá para ver televisión. Realicé un saping por los canales y como era sábado la tv de señal abierta era un verdadero desastre (no tengo cable lo confieso) 

De prontó vi salir a mi mamá muy arreglada 

– ¿donde vas?- sonreí esperando recibir la «respuesta del millón»

– Voy a almorzar a la casa de tu tía, no me esperes, si quieres comer algo en la refri hay comida de ayer, caliéntala.

SE FUÉ. en mi cumpleños,se fué, y me dejó con el perro y la comida de ayer. A su hijo, el que vió nacer y de quien debería acordarse el día de su nacimiento.

Aún me quedaba un esperanza. Mi papá. Era su hijo preferido,el único que habia heredado de él la pasión por el tennis. Vendría, vendría, vendría… Pero nunca vino. Supuse que uno de sus partidos habían sido más importante que su propio hijo. Odié el tennis.

Fuí a la cocina, encontré un pan duro, tomé un fósforo lo encendí. Y me canté Happy Birthday. Grité a todo pulmó, !si me gustan los cumpleaños! De repente en lugar de aparecer el «genio de la botella» llegó mi mamá a cumplirme el deseo. !Sorpresa!

Me llevó una enorme torta de crema y mi hermanoy mis amigos se encargaron de embarrármela en la cara. Mi tia Lili me regaló unos calzoncillos rosas con una tarjetita que decía: A pesar de lo testarudo eres mi sobrino favorito. Comprendí entonces por qué odio los cumpleaños.